La victoria 2-0 sobre Círculo fue la frutilla del postre de un día histórico para Alvarado. Nicolás Mollo hizo los dos goles.
por Leonardo Rodríguez
Todo el colorido de una tarde inolvidable para el hincha de Alvarado con la inauguración de su villa deportiva tuvo como la frutilla del postre una muy buena victoria conseguida frente a Círculo Deportivo por 2 a 0.
Porque una vez concluidos los festejos y las celebraciones había un partido que afrontar y los dirigidos por Mariano Padilla querían ganarlo. Y si bien no fue una producción futbolística de alto vuelo le alcanzó para sacarse de encima con justeza al difícil conjunto otamendino.
Y mucho tuvo que ver para conseguirlo la muy buena actuación de Nicolás Mollo, quien además de convertir los dos goles -ambos de muy buena factura- fue el primero en inscribir su nombre en la historia de Alvarado como goleador en su nueva cancha.
Del partido en sí hay muy poco por decir. A los dos equipos les costó el inicio y ninguno llegó a dominar sobre campo rival. Hubo mucha presión y marca y poco ingenio para salir de ese asedio. Ni siquiera se registraron jugadas de real peligro.
Y cuando ya todos esperaban el descanso sin mucho entusiasmo una muy buena resolución de Mollo cambió el panorama. Dominó el balón, se acomodó y sacó un remate cruzado y bien esquinado desde afuera del área.
Ese tanto le dio al partido un giro inesperado.
Círculo Deportivo no pudo recuperarse del impacto. En el complemento la historia no cambió demasiado. Pero Alvarado, que debía cuidar el resultado, se sintió cómodo en un partido de vuelo bajo y de escasas situaciones de peligro.
Además, como si fuera poco, el mismo Mollo dio la estocada final con otra maniobra individual que dejó sin chances a Costanzo. Con sus definiciones y la seguridad para defender a Alvarado le alcanzó para vivir su fiesta completa.